martes, 30 de marzo de 2010

¿cómo y para qué clasificarnos?




















Si bien en la primera temporada, United States of Tara ya había planteado una suerte de tratado sobre el género, en tanto Tara (Toni Collette) alberga tanto a hombres como mujeres dentro de su desorden de la personalidad, esto es llevado aún más allá a partir del segundo capítulo de la segunda temporada. Marshall, el hijo gay de la primera temporada, lucha ahora por tirar abajo el sistema clasificatorio (LGTB), Tara ya no coquetea con mujeres a partir de Buck, sino que directamente se acuesta con ellas, y la errática Kate descubre los encantos femeninos de Lynda P. Frazier. Los personajes se resisten y se preguntan: ¿cómo y para qué clasificarnos?

jueves, 18 de marzo de 2010

Los caminos de la imaginación




















En Where the Wild Things Are (Spike Jonze, 2009), Max se entrega al refugio de su imaginación ante una realidad que le es hostil; sin embargo, este pequeño se acerca más a Michael Myers que a cualquier Alicia o Dorothy. A diferencia de estas jovencitas, presas del ennui de una sociedad represiva y en busca de nuevos horizontes, Max es víctima del desastre familiar: padre ausente, madre distraida, hermana con mejores intereses. El cuadro es casi idéntico al de los Myers, no obstante, Max, en vez de seguir el camino de Michael y masacrarlos a todos, opta por irse a donde habitan los monstruos para no convertirse en uno.

domingo, 7 de marzo de 2010

Tim Burton en el pais de Disney o Disney en el pais de Tim Burton











Qué gusto da ver cómo el arte de una misma persona sostiene una coherencia tal como la que sostiene Tim Burton con sus películas, libros, dibujos, pinturas, etc. Alice in Wonderland (2010) no es la excepción a la regla. Alice, como Edward, como Victor Van Dort o como Lydia Deetz (por sólo tomar tres personajes al azar), es una misfit en su mundo y debe recurrir al refugio de lo imaginario para sosegar su melancolía, es así como se deja caer por la madriguera y atraviesa el espejo de lo real para ingresar a Underland, que funciona como una especie de parque de atracciones del mundo de Tim Burton. Allí se topará con el Jinete sin cabeza (Stayne), Willy Wonka y su factoría de la demencia (el Sombrerero Loco), la bruja gemela de Lady Van Tassel (la Reina Blanca) y el Pinguino rey de los freaks (la Reina Roja), cuyo lema remite continuamente a Sleepy Hollow (1999), troca "Heads will roll" por "Off with their heads!". Sin embargo, en este caso Tim Burton establece una dialéctica con Disney inédita en su obra: lo siniestro está pasado por el filtro del gran Walt, de modo que las cabezas que ruedan por la corte de la Reina Roja están casi indiferenciadas del lago en el cual flotan. El palacio de la Reina Blanca no es más que el palacio del marvilloso mundo de Disney y el enfrentamiento final entre Alice y el Jabberwocky espeja la batalla final entre el Príncipe Felipe y Maléfica en Sleeping Beauty (1959). No obstante, la dialéctica funciona, y Alice in Wonderland combina con éxito dos imaginarios que nunca fueron tan compatibles como en este caso.