jueves, 11 de noviembre de 2010

Bowie, el mesías




















Ya es un lugar común, pero es cierto que David Bowie siempre fue un adelantado a su época y se reinventó en cada una de sus incursiones en el rock. Discos como The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972) o Scary Monsters (and Super Creeps) (1980) toman la temperatura de su contexto y a la vez anticipan todo lo que vendrá después: el primero contiene todo lo que serán los 70 y el segundo todo lo que serán los 80. Sin embargo, no es sólo en su rol como músico que Bowie hizo vanguardia, sino que también en su trabajo como productor causó el mismo efecto. El mejor ejemplo de ello es The Idiot (1977) de Iggy Pop.
Producido durante el período berlinés de Bowie, este album hace sistema con la trilogía que componen Low (1977), Heroes (1977) y Lodger (1979) en la medida en que todos adoptan en parte el sonido propuesto por el Krautrock (cuyos representantes más notorios serían bandas como Kraftwerk o Neu!). No obstante, The Idiot está mas cerca del rock que de la música experimental y esto tiene que ver con el lugar del que venía Iggy Pop, que acababa de abandonar The Stooges. La combinación de sonidos que producen Bowie e Iggy con este album (entre el punk, los sintetizadores y la atmósfera introspectiva y melancólica) da por resultado aquello que inmediatamente después recibió el nombre de Post-Punk.
The Idiot es el puntapié inicial del Post-Punk, contiene (en potencia o ya desarrollado) el sonido de Joy Division (en Unknown Pleasures y Closer), Bauhaus (en In the Flat Field y Mask) y el primer período de Siouxsie & The Banshees (el que va de The Scream hasta Juju), entre otras bandas, en canciones como "Funtime" o "Baby". Una vez más, David Bowie, el mesías del rock, fue el responsable de uno de los géneros musicales más celebrables del rock.

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