domingo, 23 de enero de 2011

La vuelta de los 90

Así como durante la década pasada el gran regreso fue el de los 80, parece que ahora el turno es de los 90. Se puede pensar la moda (en general) como un dispositivo que hace uso de la figura del ritornello como su herramienta principal. Todo vuelve, todo el tiempo, y eso es algo que todo precavido sabe de antemano, por algo la ropa (no toda, claro) se archiva y no se tira, por algo existe la acumulación, la colección, que trasciende el gusto por lo instantáneo e inmediato. 
Hacia el 2001, cuando todos los formatos musicales que había propuesto los 90 se agotaron (el nü metal fue el último manotazo de ahogado), surgió en Nueva York una escena liderada por The Strokes que, en vez de mirar al futuro, eligió mirar atrás, al Post-Punk inglés de finales de los 70 y principios de los 80. De esa manera, comenzó la nueva "nueva ola" musical, encarnada en bandas que no hacían sino homenajear a sus ídolos de los 80, como Interpol (Joy Division), The Killers (The Cure) o Yeah Yeah Yeahs (Siouxsie & The Banshees y Blondie). Rápidamente, esta mirada en retrospectiva musical halló su correlato en el cine, desde la infinita cantidad de remakes que se hicieron (el género terror es el que dio más frutos: Nightmare on Elm Street, Halloween y Friday the 13th, pero también Fame, Miami Vice y The A-Team), hasta la revisión del imaginario más clásico de los 80, como por ejemplo en Adventureland (Gregg Motola, 2009). Hacia mediados de la primera década del siglo XXI, todo se había vuelto "ochentoso": las publicidades, la indumentaria, ¡hasta los peinados! Pero todo tiene su tiempo de utilidad y, hacia finales de esta década, el flashback se agotó
Otros hilos empezaron a moverse, a medida que el tejido anterior iba deshilachándose, y empezó lo que podría considerarse el regreso de los 90, en un movimiento muy similar al anterior. A la vez que eran homenajeadas por camadas más jóvenes de músicos, las bandas de los 80 devinieron dinosaurios y hallaron una nueva consagración, que fue acompañada por nuevas giras, más grandes que nunca, reuniones (auspiciadas en su mayoría por VH1, el canal más ochenta y nostálgico de todos) y premios a la trayectoria (como ocurrió con The Cure y Siouxsie & The Banshees, por ejemplo). Algo así empieza a suceder con los nuevos dinosaurios, aquellos provenientes de los 90; basta echar un rápido vistazo a lo que ocurre hoy en día con el rock: vuelve Pixies, vuelve Smashing Pumpkins, vuelve Hole. 
Sin embargo, cabe preguntartse: ¿Vuelven Smashing Pumpkins y Hole? De la formación clásica de Smashing Pumpkins (Billy Corgan, James Iha, D'Arcy y Jimmy Chamberlin) sólo queda Billy Corgan. Lo mismo ocurre con Hole, de su última encarnación (Courtney Love, Melissa Auf der Maur y Eric Erlandson) sólo queda Courtney Love. La pregunta, entonces, podría ser: ¿qué es una banda? ¿El cantante/líder y un grupo de acompañamiento que apañe la búsqueda del tiempo perdido? ¿Smashing Pumpkins es Billy Corgan y unos? ¿Hole es Courtney Love y otros? Cuando se vio acosada por este tipo de preguntas, Love contraatacó via Twitter: "Hole is MY band, MY name, and MY Trademark". De acuerdo con esto, una banda es una marca, una imagen que vender y responde a las leyes de la economía y el mercado. Si vuelven los 90, que vuelvan las marcas de los 90, aunque de ellas no quede casi nada.

1 comentario:

Rafles dijo...

Que vertiginoso! recien terminada la decada del 2000 ya podemops hablar de un revival de los 90. Todo va muy rapido y se naturaliza que asi sea. La scosas se descartan tan rapido que nos quedamos sin nada y tenemos que ir a buscar en la basura lo que acabamos de desechar. Lamentablemente es asi, como dice el articulo. Y no me guta que sea asi.