sábado, 20 de agosto de 2011

Ronda nocturna


Prendo la compu, abro el Chrome
y entro a un foro buscar una película porno.
Hay de todo:
Men at play,
Randy Blue,
Corbin Fisher,
Sean Cody,
Haze Him,
Chaos Men.
Me gusta Men at play.
Me encantan esos chongos grandotes, trajeados.
Empiezo a pajearme mientras espero a que baje el video
y de repente se abre una ventanita del MSN.
Es mi ex;
me pregunta si estoy ahí.
La película no baja más.
Quiero seguir con lo mío, pero no puedo.
Apago la compu de una, salgo a la calle y
me voy a Zoom. 


***


Hace un frío de cagarse, el colectivo no viene más.
Me fumé un porro antes de salir y estoy re loco,
los autos que pasan dejan una estela afantasmada y
se me ocurre que todo en realidad deja un rastro así:
los autos, las personas, los accidentes.
Viene el bondi, me subo y voy directo a sentarme,
el colectivero me grita que tengo que pagar,
no entiendo nada, me paro de vuelta
meto las monedas y me vuelvo a tirar en el asiento.
La noche se me hace como un agujero negro, un
adentrarme en la dimensión desconocida.
Las calles me resultan familiares, me bajo sin pensarlo
y me doy cuenta que estoy en cualquier lado.
Entro a caminar y llego a un cine porno;
ya fue, me meto y que sea lo que tenga que ser.
El piso está pegajoso, lo cubre una película de semen viejo
que le otorga a todo un perfume casi costumbrista. 
Un viejo me mira y se toca la pija por arriba del pantalón,
me quedo mirándolo porque no lo puedo creer y
piensa que me gusta, se abre la bragueta y la saca para afuera.
Tengo un principio de arcada y me meto corriendo a la sala.
Están pasando una película vieja, como de los 70, 
con todos unos tipos flaquitos con bigote cogiendo sin forro.
Me siento atrás de todo y me cuelgo a mirarla, 
de repente tengo a dos chupándome la pija,
no tengo idea de dónde salieron.
Trato de verles las caras, pero no los puedo distinguir.
No importa, me recuesto y cuando vuelvo a abrir los ojos
uno está encima mío. Le pego un empujón y me levanto.
Trato de salir, pero nunca alcanzo la puerta,
se aleja cada vez más y siento que me voy a quedar atrapado.
Afuera hay sol. No sé cómo, pero llego a mi casa.
Me falta esa parte de la secuencia,
son escenas que se perdieron para siempre. 
Me miro en el espejo del ascensor;
un guascazo me atraviesa del pantalón a la remera.
No lo flashié, ¿será mío?


***


Alguien me pide que pare, que no cierre el ascensor.
Espero. Es un vecino, lo vi un par de veces.
Cierra la puerta y me pregunta a qué piso voy,
“Séptimo”, le digo y aprieta el 7 y después el 10.
El ascensor se mueve en cámara lenta.
Levanto la vista y lo veo por el espejo;
me mira y yo miro su mirada.
Llegamos al 7 y abro la puerta,
me dice: “¿Vamos a mi casa mejor?”.
Seguimos subiendo, llegamos al 10, 
salimos y abre su departamento.
Es igual al mío, pero más chico. 
“Sentate”, me dice y me siento en el piso, 
él se sienta atrás mío en un sillón y
me acaricia la cabeza despacio,
como dibujándome un remolino en el pelo.
Prende un porro y me lo pasa;
estoy confortablemente entumecido.
Mis movimientos son una continuación de los suyos:
Me saca la campera, yo le saco el buzo,
nos sacamos los pantalones 
y vamos a su cuarto.
Nos chupamos las pijas y
me lo termino cogiendo contra la pared.
Después no me acuerdo más nada,
sólo algunas imágenes aisladas.
Al otro día me despierta el sol en la cara,
estoy en mi cuarto, es lunes
y hay que empezar otra vez.

Serie de poemas leída durante la presentación de Waska #2 el 17/08/2011 en casaBrandon.

1 comentario:

sebas igna dijo...

Martín, ha sido una sorpresa encontrar tu blog! Me encantó la poesía porno. Simple, directa, sin vueltas... Como debería ser la vida y su fluir, sin condiciones.
Lamento profundamente no estar en buenos aires para asistir a casa Brandon! Me encantaría.
Sdaludos