lunes, 20 de septiembre de 2010

Lost Highway o un estado de la cuestión del rock de los 90













Pocas bandas de sonido son tan contemporáneas con su contexto como la de Lost Highway. Producido por Trent Reznor, el álbum funciona primero como un quién es quién del rock alternativo de los 90, al mismo tiempo que lo historiza y marca su culminación (y posterior caída en desgracia).
Los 90 empezaron hacia fines de los 80 con el debut de bandas como Pixies y Nirvana. Si bien Kurt Cobain no se convertiría en el gurú de la Generación X hasta la salida de "Smells like teen spirit" en 1991, había una voluntad general por dejar atrás los sintetizadores y la música bailable para avocarse a la angustia y la melancolía distorsionada que venía proponiendo Sonic Youth. Fueron pocos los músicos de los 80 que sobrevivieron al recambio generacional, muchos quedaron en el camino, pero otros lograron atravesar el espejo de manera exitosa, entre ellos el entonces jovencísimo Trent Reznor.
Luego de pasar por un puñado de bandas industriales, hacia fines de la década del 80 comenzó a producir música bajo el nombre de Nine Inch Nails y se convirtió en la fábrica de lo que más tarde se definiría como el rock alternativo de los 90, cuya culminación fue The Downward Spiral (1994). Uno de sus primeros inventos fue Marilyn Manson, creado a su imagen y semejanza y perfeccionado hasta el último detalle en Antichrist Superstar (1996). Otra de sus criaturas fue David Bowie, que vio en Reznor el futuro de la música y decidió seguir sus pasos con Outside (1995). Los tres discos son inevitablemente contemporáneos: son tres álbumes conceptuales que proponen un mismo imaginario cyberpunk sobre la decadencia de un mundo que se encuentra próximo a su fin.
La reunión cumbre se produjo con el soundtrack de Lost Highway (David Lynch, 1997), que incluyó aportes de Bowie y Manson, pero también de otras dos bandas que del mismo modo ayudaron a definir el panorama del rock de los 90: Smashing Pumpkins y Rammstein. La banda de Billy Corgan hacía rato que venía escalando posiciones luego de tomar la posta de la deprimida Generación X tras el suicidio de Cobain. Para 1995 el éxito masivo les llegó de la mano de Mellon Collie and the Inifinite Sadness, también álbum conceptual sobre el ascenso y caída (esta vez de la juventud). Rammstein, por el otro lado, venía haciendo en Europa algo similar a lo que hacían Nine Inch Nails y Marilyn Manson en América; una vez abiertas las puertas por Reznor y cía, la banda alemana tuvo el éxito garantizado.
El año de salida del álbum de Lost Highway, 1997, fue un año bisagra para todos estos músicos, que pasaron del rock a la música electrónica en un afán por estar siempre con un pie en el futuro. Las canciones con las que colaboraron en la banda sonora son testimonios de este traspaso: "Apple of Sodom" de Marilyn Manson, ya despojada de la furia de Antichrist Superstar, se encuentra más cerca de la frialdad de Mechanical Animals (1998); "Eye" cumple con la vocación de Smashing Pumpkins por romper con su pasado y funciona como muestra previa de lo que sería su siguiente álbum, Adore (1998); "I'm Deranged" de David Bowie es el enlace que conecta el final de Outside con el principio de Earthling (1997); por último, "The Perfect Drug" de Nine Inch Nails rompe con el desenfreno de The Downward Spiral y abre el camino que conduciría a The Fragile (1999).
Si bien la decisión de renovarse y hacer algo completamente distinto es celebrarble, esto no fue bien recibido por el público y el rock alternativo de los 90 sólo pudo caer a partir de entonces. A pesar de las buenas críticas que recibieron álbumes como Mechanical Animals (el más celebrado de Marilyn Manson hasta la fecha) o Adore, las ventas cayeron, la atención se desvió para otro lado y para el año 2001 la posta la tomó una nueva generación encabezada por The Strokes, con sede en Nueva York. De todos modos, la herencia no se transmite de padres a hijos sino más bien de tíos a sobrinos, por lo tanto queda esperar a ver qué es lo que hacen las nuevas generaciones a partir de ahora con el legado de Trent Reznor.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Martin, me encantan tus reseñas!
Como varios ya te dijimos en otras oportunidades, lo que escribis sobre las distintas obras/peliculas/musicas/etc, da ganas de a verlas, o escucharlas, o leerlas, o lo que corresponda.
Vos sabes que ciertos personajes que nombraste en esta reseña me producen repulsion, pero ahora me dio ganas de escuchar todos estos discos para experimentar lo que contas.
Te quiero mucho!

María Eugenia Alcatena dijo...

¿¿Bowie criatura de Reznor?? I don't believe you! -como les respondía Dylan a los detractores que lo acusaban de ser el mismísimo diablo encarnado.

Como sea, el de Lost Highway es un muy lindo disco.


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Anónimo dijo...

"¿¿Bowie criatura de Reznor?? I don't believe you!"

Sacado de contexto y viendo la totalidad de la carrera de Bowie no suena muy real. Pero en cuanto al giro que hizo Bowie en los 90 si, y no le quita la grandeza haberlo hecho. Esto no lo digo desde lo subjetivo ya que a mi no me gusta Reznor y en cambio Bowie me parece genial.

Diego Simone dijo...

Muy buena nota, Martin.
Mas alla de tendencias y gustos y blabla, a mi en lo personal me pasa que esa ultima etapa de los 90, creo, fue algo que me definio un monton de cosas a nivel artistico y que nunca volvi a sentir. Downward, Antichrist, Outside, este soundtrack... no estaba apuntado, definitivamente, a todo el mundo, pero los que estuvimos ahi, no nos olvidamos mas. Para mi fue la ultima vez que el rock tuvo un sonido definido, novedoso. No se que paso despues, aparecio esa tendencia de "revival rock", que estaba bien, pero no se, pareciera que despues de esto, en el rock nunca mas paso nada, y eso es una cagada...