miércoles, 30 de abril de 2008

Inocencia interrumpida 4











La carrera de la crueldad
una, dos, tres, cuarto, cinco
a cada girar la cabeza otro nombre
o mímicas emblemáticas
no era yo, o sí
no quise saberlo


Ya me dejó de doler el cuello

sábado, 19 de abril de 2008

Hubo un incendio











- Hubo un incendio
Había algo en los ojos de Alejandro que Ezequiel no entendía. Algo extraño. Algo fuera de este mundo, o más bien fuera del mundo al que ambos pertenecían.. Ese pequeño mundo que conforman dos personas a medida que se van acercando más y más. Casi podía palparlo con las yemas de los dedos. Casi podía removerlo a gusto, como si de llevar a cabo una operación quirúrgica se tratara.
- ¡Papá! ¡Papá! Le gritaba pero no me escuchaba
No eran sólo los ojos. Tenía algo en las manos también, como si hubieran estado en contacto con algo contaminado, algo exterior. Si hubiera sabido que Alejandro lo dejaría en un momento tan difícil para él sólo para ir a llenarse las manos de una sustancia tan asquerosa no hubiera acudido a él. Pero ahí estaba, frente a Alejandro sin decir palabra, inmutable.
- Nadie sabe qué fue lo que lo produjo
Ahora que lo pensaba mejor no eran ni las manos ni los ojos. Era todo el cuerpo. Desde el pecho que se agitaba de manera intermitente como una bombilla a punto de perecer, hasta sus piernas en ese movimiento frenético, casi imposible. Ezequiel sabía que tenía algo delante de él, no sólo Alejandro sino Alejandro y algo más.
- Era imposible respirar
Había algo en el aire. ¿Sería eso? Probablemente fuera eso. Intentó apartar sus ojos de Alejandro para poder tener un panorama mejor de la situación, pero no pudo hacerlo. El magnetismo que existía entre ellos dos era inquebrantable, aún en las situaciones más limítrofes. Se limitó a mover la nariz de un lado a otro en busca de aquello que permanecía en al aire.
- No tengo a nadie más que a vos
En ese instante todo se detuvo. No como en una película donde todo es en cámara lenta, sino que todo se detuvo. No hubo más nada en el aire, los ojos de Alejandro se congelaron al igual que todo su cuerpo. Sólo Ezequiel podía moverse y tenía que decidirse a hacerlo. Se puso de pie, y tomando a Alejandro de la mano lo abrazó dejando que su cabeza caiga sobre su hombro.
Las llamas se habían llevado todo, incluso a Alejandro.

viernes, 18 de abril de 2008

Inocencia interrumpida 3











Cuando patinaba hacia círculos

un corazón empedrado en el asfalto
hasta una sombra doble, levanté
la cabeza y lo vi: mi otro yo
era un corazón de dos cabezas

y la reina loca por fin estaba de mi lado

jueves, 17 de abril de 2008

FINAL (videopoema de Rainer Maria Rilke)



La muerte es grande.
Boca sonriente,
le pertenecemos.
Cuando en el corazón de la vida nos creemos,
de pronto, ella se atreve
y llora sobre nosotros.

Rainer Maria Rilke.

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dirección, edición, dramaturgia, lectura, talento: martín villagarcía y lucía benito zambrana
buenos aires, octubre 2007

miércoles, 16 de abril de 2008

Inocencia interrumpida 2

Nombrar lo que no se ve
escribo cartas a ausentes
hasta el encuentro fortuito
o de otro tipo,
como el de la máquina de coser y el
paraguas, como el

braille de noche.

lunes, 7 de abril de 2008

Inocencia interrumpida 1

El nombre de mi hermano, el hielo
o el desdoblamiento
alguien que se llama él
su nombre,
todos los nombres el hielo
Acaso esta flagelación precoz
sea parte del mío
niño de cuentos, perdido
un paisaje que se rehúsa, la
soledad de recorrer el camino
a la inversa
o quedarme con otros nombres
ponerlos entre mis piernas y
rezar para que no tenga que volver.